A través de la historia, la imagen personal ha tenido un papel importante para el individuo, al punto de
fraccionar la sociedad en estamentos en los que la indumentaria de la persona
al presentarse en público y el cuidado de rasgos físicos, podrían indicar
su estatus social resultando determinante esta calificación en su realización personal y crecimiento
socio-profesional.
La imagen
personal es algo que tiene que ver mucho con nuestra apariencia y como queremos
que las demás personas nos vean y refleja quienes somos y que tan dispuesto
estamos a establecer una relación ya sea de tipo profesional, personal o
laboral. La imagen personal la componen un conjunto de características físicas,
atributos y actitudes que la persona quiere proyectar y que los demás perciben.
Es una carta de presentación que expresa la
manera como cada persona pretende comunicarse y lo que transmite su presencia.
La imagen
personal es muy importante ya que de esto depende mucho lo que es la primera
impresión y la confianza que transmitimos, además de que esta es una
herramienta de la comunicación y eres el responsable de gestionarla y liderarla
para transmitir un mensaje eficaz y con identidad propia.
La imagen personal en la vida profesional es de suma importancia porque no es solo por apariencias, es un grupo de aspectos que hablan mucho de tu persona, cosas como tu higiene, la ropa bien planchada, tu perfume, el peinado, maquillaje, la forma de sentarse, saber expresarte correctamente, todas estas características son parte de poder tener una buena imagen personal. Hay muchos atributos que contribuyen a la formación de la imagen personal, también incluyendo nuestra actitud, comportamiento, el tono y volumen de nuestra voz, nuestros gestos y la sonrisa con la que llegamos a la oficina cada mañana.
La imagen personal es el fiel reflejo de nuestra individualidad. La personalidad se refleja a través de la imagen que proyectamos al exterior. Como las imágenes se perciben a través de los sentidos, la imagen personal posee un gran componente subjetivo, emocional
La primera impresión.
En esa primera impresión, el rostro de alguien puede
reflejar otros aspectos como el atractivo, la competencia, la simpatía o la
agresividad. Así que no le queda otra que cuidar ese primer momento
estudiando el rostro que debe poner para la ocasión. No se trata de tomar una pose o una media sonrisa, sino
ser natural para no despertar recelos infundados.
La primera impresión refleja que un ser
humano comunica no sólo a través de la palabra sino también, a través de su
aspecto físico, su postura corporal, sus rasgos faciales. La importancia de
causar una buena primera impresión puede ser tan determinante que por esta
razón, cualquier persona viste de forma acorde a la ocasión en una entrevista
de trabajo.
Sin embargo, con frecuencia, la primera
impresión que una persona se lleva de otra es totalmente equivocada porque para
conocer a alguien de verdad, es fundamental dedicar tiempo a esa relación.
Juzgar a partir de las apariencias en la mayoría de las ocasiones induce a
error. Por esta razón, conviene eliminar los prejuicios que son limitantes e
irracionales
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